Navidad, una época de… ¿paz y felicidad?

La Navidad, una época luces, regalos, mantecados, comidas copiosas, cenas familiares, de empresa… una época de paz, amor y de felicidad, pero… ¿siempre es así?

En primer lugar, cabe destacar especialmente en estas fechas la obligación de ser felices que nos venden los comercios, la televisión, la radio, que hacen que nos impongamos el ser felices a toda costa o se lo impongamos a otros, esperando (infructuosamente) estar exultantes de felicidad cada día durante esta época.

Esta obligación de no dejar decaer lo más mínimo nuestro estado de ánimo, nos presiona y puede llevarnos a pensar que hay algo que no funciona bien en nosotros mismos, manteniéndonos tensos en estas fechas.

Aparentemente en estos días todo es felicidad, pero la realidad es bien distinta…

En Navidad, la mayor parte de nosotros tenemos una serie de sentimientos encontrados porque nos agrada reunirnos con familia que está fuera o que no podemos ver tanto como quisiéramos por distintas razones, porque disfrutamos viendo la ilusión de los más pequeños en esta fecha etc,  pero a la vez es una época en que echamos más en falta a los seres queridos que ya no están con nosotros y tenemos que enfrentarnos a esas emociones de tristeza, soledad y melancolía que nos puede provocar el recuerdo de los que dejan esas sillas vacías.

Navidad

Aunque a veces, el problema está en esas sillas que no están precisamente vacías, sino que están ocupadas por ese familiar que aprovecha todos los encuentros para «lanzar dardos envenenados» hacia ti o hacia tu pareja, criticando tu estilo de vida, tus ideas políticas, religiosas etc. Hay veces que no es un familiar, sino un compañero de trabajo o un superior al que tienes que soportar a tu pesar durante la cena de empresa a la que no puedes faltar por compromiso.

Esto provoca que sintamos la obligación de acudir a esa comida o cena con esos sentimientos de frustración, que pueden provocar que durante el encuentro nos mostremos algo irascibles y ansiosos, llevándonos a responder a la defensiva.

Otro problema que se da en algunas parejas estos días son esa serie de discusiones relacionadas con temas familiares y con la compatibilización de planes, especialmente en los días más señalados. Dónde cenar en Nochebuena o dónde almorzar en Navidad o cómo compatibilizar las cenas de empresa de cada uno con los encuentros con familiares o amigos, en ocasiones lleva a una lucha de poder entre ambos.

¿Cómo podemos hacer la Navidad más positiva y llevadera?

Para evitar esas discusiones de pareja, lo más recomendable es elaborar un pequeño planning en el que incluir (cuando se acerque la Navidad) todos los compromisos de cada uno, negociando e intentando respetar los deseos de ambos, para lo que será necesario ponerse en el lugar del otro; es decir; utilizar la empatía.

En cuanto a reuniones sociales, no entres a comentar de forma negativa o despectiva la vida de familiares, amigos o compañeros de trabajo y nunca trates temas de política o religión, especialmente si sabes que esa persona no es capaz de dialogar e intenta imponer su criterio siempre a toda costa.

Si en algún momento aumenta la tensión en el transcurso de alguna conversación, no  olvides que no vale la pena discutir y aguarte la fiesta tanto a ti como al resto de invitados; no respondas a las provocaciones, utiliza la ironía y el humor y cambia de tema de conversación a otro más positivo.

En los casos en los que estés triste por el recuerdo de los seres queridos que faltan, busca también algunos momentos de soledad en los que tener tu espacio y comparte tu tristeza con alguien si lo ves necesario, escribe tus emociones o dibújalas, ya que la expresión emocional te va a ayudar a superar esos momentos.

Cena de Navidad y reuniones familiares

Por otro lado, puesto que son días de excesos alimentarios y en ocasiones físicos, si quieres sentirte mejor, intenta en la medida de lo posible, mantener ciertas rutinas saludables que ya tienes incorporadas a tu vida cotidiana, como hacer deporte, meditar, alimentarte de forma saludable…

No dejes de hacer actividades que son agradables para ti y también pasa tiempo con personas con las que no estás por compromiso, sino con las que realmente disfrutas y puedes expresarte tal y como eres.

Fomenta las relaciones con esas personas de las que es difícil disfrutar el resto del año dando y recibiendo cariño de ellas y aprecia todo lo bueno que tienes en tu vida.

Espero ayudaros con estas premisas a que vuestra Navidad sea más feliz y las reuniones sociales de todo tipo sean más agradables.

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¡FELIZ NAVIDAD!